martes, 17 de abril de 2012

el tayecto de la vida


EL INICIO DE TODO
Sentado, al frente de un altar. Yo un hombre del común, de cabello negro, aparentemente de piel blanca. Levanto mis ojos cafés esperando un milagro que me dejase descansar en paz. ¿Desconcertados?, les contare como paso todo. Mi nombre es Carlos Ruiz un latino, que en su vida tubo muchas  dificultades. Todo empezó el día en que caminaba por la calle hacia mi lugar de trabajo, donde el alba y el crepúsculo todas las mañanas son iguales. Sentí ganas de cambiar mi ruta de camino, un chico joven de 20 años tenia que cambiar de rutina, así que me dirigí por una calle que no conocía, al no ver una salida intente devolverme por el mismo lugar por donde entre, pero muy tarde, llegando a la salida me encontré con un tipo con mala cara, una cicatriz en su rostro que le desfiguraba completamente esta,  el hombre parecía asustado y con un puñal en mano me dijo – hombre no te quiero hacer daño –aun así con la voz entre cortada. Y continuo – hazme un favor y me entregas celular y billetera.
-vete al demonio- le respondí enfadado- ¿crees que puedes aprovecharte de la decadencia social de occidente para hurtarme cosas y hacerte la vida fácil? - Mala respuesta <<pensé>>. Pero ya era tardé. Me encontraba tirado en el suelo. Jeje aun recuerdo.
Salí del hospital tres días después herido, creo… que por un trauma cráneo encefálico, en fin nunca me gusto la biología ni nada de eso. Pero  me sentí aliviado, sabiendo que ahora estaba bien.
No trabaje durante unos días, pero decidí buscar justicia por mi propia cuenta ya que la policía archivo mi caso. <<esos cerdos, como ellos no sufrieron>>. Fui a un barrio que de apodo le llamaban la calle rusa, obviamente por que personas rusas residían allí. Busque en varios lugares donde encontrase alguna señal de criminales expertos y detectives clandestinos. Abucheado y sacado a patadas en cada cantina, casino y hasta negocios de este tipo. Decidí que este no era el mejor lugar. Pero algo escuchaba muy lejos, por el momento creí que solo era una ambulancia que por allí era común pero al ver la gente corriendo y guardando drogas dentro de su cuerpo , concluí que no era mas que la policía. No debía nada pero me asuste y salí huyendo de allí lo mas pronto posible, no tuve mas oportunidad que esconderme en una fabrica abandonada que hasta los policías con arma en mano les generaba terror al ingresar allí. Dentro de esta encontré una pequeña “ciudad” donde habían personas adictas a las drogas comunes como lo son: la coca, marihuana y éxtasis. Estas personas no eran de “la calle rusa” pero me podrían ayudar. No tarde mucho en encontrar una persona que me valoró como cliente, y recibí una propuesta muy gratificante de matar al delincuente y este me cobraría unos $80.000 pesos. Decidí, que si, parecía buena la propuesta o eso creí en ese momento. Este tipo moreno con el pelo pintado de mono, dijo: - tardare unos tres días en encontrar al paciente y un día en darle de baja- diciéndolo como su fuera algo del común - y luego me darás los ochenta pesos. Listo, hagámoslo – le dije tratando de imitar una voz amigable, cosa que no logre, pero para él fue suficiente.
La primera noche recordé lo sucedido: aquel día que me mandaron al hospital. Me levante, y fui por un vaso de agua, lo que hacia siempre que recordaba momentos desagradables. El segundo día ya era viernes cuyo objetivo es que el “paciente” como lo llamaban, estuviera identificado, de repente el tipo moreno se comunico. – ay, jefe me adelante y termine el trabajo - dijo con voz un poco desagradable, y continuo - la vuelta ya esta completa, mañana paso por mi parte. No tuve nada más que decirle, más que un todo bien. Y este personaje contesto – todo bien es todo mal y todo mal es puñalada jefecito. En ese momento pensé <<con quien me he metido>> y hasta sentí pesar del delincuente que mande a asesinar.  Al no demorarme más con este asunto colgué sin adiós.
Pasaron 24 horas sin que este tipo se comunicara y al hacerlo estuve decidido a enviarlo a un lugar muy centrado donde la gente viera si este tipo intentaba algo conmigo. El extraño sicario dijo que bien. Y allí nos vimos a las 1:00 pm que era una buena hora ya que la gente salía a almorzar en un intervalo de tiempo de 12:00 pm a 3:00 pm. Le pague y  gracias a Dios salió todo muy bien.
Ya tranquilo y sin ya sed de venganza que en ese momento era un placer para mí. Me relaje y seguí con la rutina que nunca mas desee cambiar. Pero aun falta una parte de la historia esa hasta ahora es el principio.







DOS ASESINATOS. MI RESPONSABILIDAD
Quince días después de aquel asesinato del criminal, recibí una llamada del sicario. No le entendí nada excepto de muchas groserías que me lanzaba sin razón. Al empezar a confesar las causas de aquellas malas expresiones para mi gusto, escuche un disparo fuerte, no sabia que había pasado, ni por que me llamaba a mi, sinceramente hasta el momento me daba igual, pero aún, el celular estaba en conexión con el mio y un tipo de voz gruesa me dijo: -¿Carlos? … si usted es el  criminal cabecilla de todo esto se arrepentirá porque le quedan pocas horas de vida. Cuando le iba a preguntar ¿Por qué? al criminal era muy tarde ya me había colgado, sin saber nada me recosté a pensar y a leer que me fascinaba.
Unos momentos y una llamada me condenaría por segunda vez. Sabía que me volvería a llamar. <<Acerté es él>> pensé cuando sonó el teléfono. Imaginando que era aquel tipo que obviamente me perseguía por algo que últimamente había hecho. Pero conteste rápidamente para saber si me podía decir porque lo hacia – ¿hola? - respondí con voz entre cortada – es que te he causado alguna… - no tardo mucho en que este tipo levantar la voz – ¡calla! se quien eres y haz asesinado a mi hijo, ya maté a tu colega y ahora voy por ti, asqueroso maniaco – este tipo ocultaba su voz quebradiza a causa de las lagrimas. Al esperar un rato más a ver que pasaba, solo escuche un pitido que señalaba que ya había colgado. Solo decidí quedarme en mi casa e informar a la policía pero … ahss de nuevo archivaron el caso y no le dieron importancia. Lleno de rabia le dije a uno de ellos – usted es un mal nacido, me deja acá apunto de morir y amenazado por un bastardo que ni conozco. Y este policía me contesto – cállate - agarrándome del cuello y diciéndome –  si me sigues quejándote, te acusare como criminal intelectual del asesinato de los dos delincuentes (el que mande a asesinar y el que asesino el bastardo). Sin nada que decir me senté en el sofá de mi casa, observando como “esos cerdos” se iban para la comisaria.







El encuentro con Alberto
Sin poder dormir. Solo me arrepentía de haber hecho aquel delito, alucinando por los efectos secundarios de unas pastillas que compre para poder dormir, termine acostándome en la cama, esperando el efecto las pastillas, hasta que por fin lo logré.
Era media noche y de pronto me desperté escuchando que abrían la ventana preocupado tome un bate de baseball que tenia a mano para estas circunstancias. Termine parándome, me dirigía hacia la cocina, cuando iba a dar la vuelta me noquearon.
Al despertar vi un tipo. Con traje de paño y con una papada que le llegaba hasta el cuello. Al intentar moverme, no pude, me sentí aprisionado por algo, al ver hacia mis brazos me di cuenta que era una soga que me tenia sujeto sin señales de movimiento en esta. Este al mirarme a los ojos noté un tono color negro, como si se tratase de un odio puro, y con la voz con la que me hablo por teléfono, dijo: - ¿quien te crees tú para quitarle la vida a alguien? Al intentar responder me dio una patada, que me hizo sangrar y en menos de nada me dijo: - te contare quien soy yo, para que no mueras a manos de alguien desconocido - y sonrío sarcásticamente – soy Alberto. Y le dije: - mucho gusto don Alberto - y el me contesto el gusto es mio, dándome una patada de nuevo en la cara. Alberto desdichado empezó a confesar – soy jefe de una de los expendedores de la mafia rusa y el muchacho que mandaste a matar es mi hijo juan - tratando de no llorar termino diciendo – eres a la única basura que he buscado solo en varios años, antes de subir al poder de una de las mafias rusas y ahora lo único que quiero es torturarte y luego matarte – fue diciendo mientras se doblaba las mangas de la camisa de corbata blanca. – He abandonado a mi hijo – no resistió las lagrimas y se sentó en una silla del comedor – no debí dejarlo solo esa noche, y mira en lo que se convirtió ¡un ratero!- al parecer el Alberto abandono a juan porque era drogadicto  y el no resistía ser señalado por la competencia así que lo dejo en un calle mientras estaba en su “momento feliz”. De pronto este tipo abrió la nevera y me saco una botella de vodca   empezando a beber desde el pico. Pensé << ¿y este abusivo que? >> Pero viviría un poco más. A Alberto le afectaba el trago y empezó a hacer locuras dentro de la casa apuntando con su arma a todas direcciones. Llorando casi encima mio y con la culpa de a ver  abandonado a su hijo cogió el arma, puso el cañón en la sien del lado derecho de cabeza, rezo un padre nuestro. Yo intentando calmarlo  aun atado decidí rendirme. Alberto se olvido de mí, y en ese momento solo pensó en el suicidio, presiono el gatillo del arma y ensucio toda la cocina dejando rastros de sangre por doquier.
Al parecer algunos vecinos escucharon el disparo dentro de mi casa y alertaron a los policías.
Ya he pagado cinco años de cárcel por haber sido el criminal intelectual de unos de los dos hechos, me rebajaron penas por aceptar y ahora solo busco un perdón de Dios frente a su hermoso altar, y claro buscar mi paz interior.

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